El año de Phil.


En apenas un mes se cumplirá el primer año en el cargo de uno de los movimientos más impactantes y esperados en los despachos de los últimos años. Un 18 de marzo de 2014, New York Knicks, la franquicia más conocida y popular del mundo anunciaba la contratación de una leyenda. Esa leyenda que ganó 13 campeonatos, 2 como jugador con la misma franquicia (1970 y 1973) y 11 como entrenador de los maravillosos Bulls de Jordan y los Lakers del dúo Kobe-Shaq y el propio Kobe-Gasol.

El anuncio asomaba una nueva ventana a la esperanza tras un proyecto fracasado de la franquicia de la Gran Manzana, que vio como tras un comienzo esperanzador en 2010 con un Stoudemire que asombró a propios y extraños durante los primeros meses de competición y la posterior llegada de un Melo en su mejor momento se estrelló tras aquellas semifinales de conferencia en 2013 frente a los Pacers debido a la falta de referentes y apoyos para la estrella de Baltimore.



Jackson llegaba a los Knicks con un contrato multianual de 12 millónes de dólares por temporada y generaba en la afición un nuevo soplo de aire fresco y esperanza. Su primera misión era la gestión de la salida al mercado de Anthony en verano, al que muchas fuentes situaban cada día más cerca de los Bulls, y la contratación de un head coach tras la más que segura salida de Mike Woodson.

Finalmente Jackson se decantó por un recién retirado y valorado amigo, Derek Fisher, para dirigir el barco del nuevo proyecto. Conocedor de su famoso triángulo, Fisher aterrizó en junio del año pasado con las mismas dudas por parte de la prensa y aficionados que Jason Kidd el año anterior en Brooklyn. La necesidad de un cambio en el estilo de juego y el dejar a un lado el "ISOMelo" eran los principales objetivos del ex-base de Lakers y Jazz entre otros.



En cuanto a su gestión de la plantilla, el terrible arranque de temporada del equipo motivó a Phil a anticipar el proyecto de reconstrucción radical que la franquicia tenía en duda. A la más que cuestionada salida de Chandler antes del draft para obtener a Jose Calderón como base del perfil Jackson, supuso la primera piedra negativa en la gestión de Jackson, que vio como el rendimiento del español y su lesión hizó inútil la apuesta. Ni la llegada de un Dalembert en decadencia podría evitar la ausencia total de defensa en una plantilla que desde ese momento se volvería incluso más desbalanceada en su rotación interior.

Tras el más que dudoso trade con Dallas llegó la renovación por 122 millones de dólares de Carmelo Anthony, que le convertiría en el tercer jugador mejor pagado de la liga. Un precio demasiado alto para muchos, que comprometía de forma clara el futuro del equipo en las próximas temporadas y dejaba a los Knicks con uno de los equipos con más impuesto de lujo de la liga. A pesar de ello, la renovación fue celebrada por la mayoría de la grada, que no ha dejado de apoyar al 7 de los Knicks en su ya 4 años en la franquicia.

Tras el draft 2015 y sin una primera ronda que gastar y muchos rumores de movimiento de cara a obtener un pick mejor, Jackson se tuvo que quedar con Cleanthony Early en segunda ronda, un jugador al que los expertos consideraban demasiado verde para jugar en la liga como se pudo ver en los meses posteriores. Además seleccionó en efecto rebote al hermano de uno de los mayores talentos de la liga, Thanasis Antetokonmpo, pero declaró desde un principio que el equipo no tenía intención de firmarlo hasta la campaña 2015-2016.

Tras unas previsiones optimistas en la preseason, la temporada no pudo arrancar de peor forma, perdiendo partidos y dando muestras de lo mal estructurada que estaba la plantilla de cara a jugar con el esquema que quería tanto Phil Jackson como Derek Fisher. Con las molestias de Carmelo en la rodilla desde el inicio de temporada (que ha terminado con season end injury) y la desaparición por lesión de Bargnani, Jackson y la gerencia decidieron tirar la temporada y comenzar con el proyecto de reconstrucción.

Los primeros sacrificados fueron J.R Smith, criticado con motivo desde los playoffs de 2013 y sus salidas nocturnas, e Iman Shumpert. A pesar de que J.R era un jugador difícil de mover, el todavía mercado que le quedaba a Shumpert daba pie a que un traspaso rentable podría reforzar al equipo y liberar lastre. Pero todo lo contrario, Jackson se deshizo de ambos jugadores en un traspaso a 3 bandas con Cleveland y Oklahoma recibiendo a un Amundson ausente toda la temporada, una segunda ronda y al forward Lance Thomas que fue inmediatamente cortado para ser repescado días después.


¿Nada más aprovechable se podía haber sacado, no ya por J.R Smith, si no por un Iman Shumpert que ha demostrado de nuevo un gran nivel en la línea positiva de Cleveland el último mes? Parece muy poco por dos contratos demasiado baratos para lo que podrían ofrecer. Ni ventaja salarial notable, ni rendimiento deportivo como para sacrificar una pieza de valor como Shump.

A principios de Enero, la contratación de Lanston Galloway supuso la sorpresa de la temporada en un caos notable, descubriendo de la nada un guard que ha dado un rendimiento muy sobresaliente en un grupo carente de identidad, y porqué no decirlo, de nivel deportivo.

Ya con el deadline cerca y hace tan solo unos días, la franquicia anunciaba el buyout de la primera estrella en llegar en 2010, Amar'e Stoudemire. De esta forma, y a pesar de seguir pagándole en los próximos años, Jackson deja al equipo en una situación bastante saneada de cara a la temporada que viene, donde presumiblemente se subirá el salary cap, comprometiendo unos 32 millones de dólares con  la finalización del contrato del italiano Bargnani.

De esta manera, y tras un año caótico, la gestión de Phil ha supuesto la ruptura total del proyecto anterior y la creación de una base que se asentará en su selección del próximo draft (camino del top1 pre-loto) acompañando a Carmelo.

¿Pero merece la pena? ¿Era la idea de Jackson cuando firmó el contrato multianual de Carmelo a sus 30 años el acompañarlo de un talento por hacer y de un entrenador novato? Más bien bandazos de un lado a otro sin rumbo claro han dejado a los Knicks en tierra de nadie y con muchísimas cosas por hacer, demasiado interrogantes que resolver y demasiado azar al que acudir como para que la contratación de Jackson haya sido lo fructífera que James Dolan esperaba cuando apostó por él al 100% la temporada pasada. De las acciones que realice en la próxima free agency, de no sobrepagar a jugadores como Monroe y del pick en el draft dependerá que de nuevo los Knicks no se hayan equivocado en su gestión deportiva una vez más. Muchas piezas en el aire que no aseguran que la franquicia vuelva a ser un proyecto competitivo de nuevo.
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