En un año como rookie muy bueno en el que McMillan le dió mucha cantidad de minutos, Rudy se sintió importante en el equipo a pesar de haberse movido a un rol que no era el que había desempeñado en su carrera en el viejo continente. Viéndose obligado a ser un tirador, Rudy cuajó unos buenos porcentajes e incluso logró el record de más triples anotados por un rookie (esta misma noche Steph Curry lo ha batido).
Pero un año después su rol ha vuelto a cambiar aun más. Obligado a abrir espacios en la cancha, con menos minutos y sólo tirando cuando está realmente sólo, el papel de Rudy lleva a mucha gente a pensar que su salida de Portland podría ser inmediata.
El jugador no está centrado, no entiende su situación y eso se ha visto seriamente afectado en su juego. No confía en su lanzamiento, no se atreve apenas a botar la pelota y menos a amasar el balón para generar juego. Rudy ya ha dicho que el feeling con su entrenador, Nate McMillan, se ha perdido y no descarta una puerta abierta para regresar a Europa. Él tiene nivel NBA, tiene que darse cuenta. Una salida de los Blazers sería un soplo de aire fresco y franquicias como Washington ya han declarado su interés en el jugador. McMillan es experto en aprovechar a jugadores con roles específicos, pero a la hora de dirigir a los más completos, debido a la presencia en el roster de jugadores como Roy hace que esa labor no sea su punto fuerte.
Por ello, la salida de los Blazers a otro equipo NBA serviría a Rudy para medir su verdadero nivel NBA, desarrollar ese juego completísimo que le hizo ser imparable en Europa y saber si puede ser un escolta titular capaz de asumir galones más allá de ser la estrella del equipo.
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