Livingston salió en el puesto número 4, elegido por la franquicia de los Ángeles. Un físico prodigioso, un talento innato y un potencial descomunal. Tan sólo el tiro de larga distancia le ponía un pero a una promesa que apuntaba a lo más alto en la liga. Pero la cosa fué bien distinta, en la temporada de su debut llegó la primera lesión (dislocación de la rodilla derecha) que le permitió disputar tan sólo 30 partidos ese año. Aun así Shaun logró conseguir unos promedios de 7,4 puntos y 5 asistencias por partido disputando tan sólo 27 minutos por partido.
En el año siguiente Livingston consiguió jugar más, disputando hasta 61 partidos y consiguiendo unos promedios similares a su primera temporada en la Liga. Pero su punto de inflexión llegaría con la temporada 2006-2007. El base estaba jugando más que nunca y su números aumentaron en todos los apartados. Ganaba peso en el equipo y se veía como poco a poco esa estrella de HS que prometía el cielo se iba consolidando en la mejor liga del mundo. Pero llegó el fatídico día, una mala caída hacía que Livingston se rompiera 3 de los 4 ligamentos de la rodilla. En palabras del médico de los Clippers, Tony Daly, «Cayó sobre su pierna izquierda sin tener ningún contacto con nadie. Fue un terrible accidente, probablemente es la lesión más seria que se puede tener en una rodilla».
8 meses de dura recuperación tendría que soportar el base, que veía como su carrera en el baloncesto podría haberse terminado. Pero volvió. Primero Heat y posteriormente Thunder le dieron la oportunidad de volver a las canchas, pero Livingston no respondió y terminó siendo cortado de ambas franquicias. El 26 de Febrero de este mismo año la vida de Livingston cambió por completo. Los Wizards le habían ofrecido un contrato de 10 días. Empezó flojo, jugando pocos minutos y acoplándose a los esquemas tácticos del equipo, pero aun así se le ofreció otro segundo contrato y el jugador aceptó. Sus minutos de juego fueron en aumento y la franquicia le ofreció el contrato definitivo hasta final de temporada.
Sin rumbo aparente tras la salida de Butler y Jamison, los Wizards optaron por darle una oportunidad como titular y Livingston está volviendo a demostrar porque fue uno de los mayores prospects hace ya 7 años. Con la mayor cantidad de minutos en su carrera (38 por encuentro) su rendimiento en cancha en este mes está siendo soberbio. En los últimos 5 encuentros el base promedia 16,8 puntos, 6,6 asistencias y 4 rebotes. Unos números que hacen soñar al jugador con volver a poder encauzar su carrera y demostrar en la medida de lo posible que su elección como número 4 no fué una casualidad y que el talento sigue estando en su interior.
Físico, potencia, talento, capacidad de pase, Livingston ha vuelto, ¿será para quedarse?
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